jueves, 27 de noviembre de 2008

Hay un pequeño friki en tu interior.







Venga buenas gentes, olvidad el despropósito de la venta de entradas para el concierto de AC/DC y entrad en todos en http://tambiensoyfriki.blogspot.com/ el blog que apela al frikismo que en todos nosotros anida. Su ilustrísimo autor a vuelto a ponerlo en marcha tras un largo período de parón, ocupado como estaba en acabar una carrera y esas cosas sin importancia. Un montón de nuevo contenido, tanto que puede resultar un atracón si uno no va mentalizado de que va a ver algunas de las escenas más bizarras que el mundo de la música (o pseudomúsica, vaya usted a saber) puede ofrecer en estos tiempos que corren.


Lo dicho, no apto para cardíacos, celiacos, muliacos y demás almas sensibles.


Porque no todo en la blogosfera van a ser discazos y rocanrrol.

En las imágenes el gran Tojeiro, personaje que resume como ningún otro el frikismo que inspira al creador de este blog que hoy os recomiendo a realizar tan encomiable obra en pos de la difusión de la subcultura y la risa. Que no está reñido lo uno con lo otro.








martes, 25 de noviembre de 2008

¿Estamos tontos o qué?

Mi ordenador odia la música.
Ya sé que no es de recibo sacar a relucir intimidades en una bitácora pública, pero es lo que hay.
Yo que tenía pensadas un montón de entradas, discazos a tutiplén para alegrar las tardes al personal, reseñas de discos tan afinadas, certeras e incisivas que me asegurarían un lugar privilegiado en el reñido mundo de la crítica artística... y va el cacharro y decide una política de no colaboración.
Dicha política aislacionista y tocanarices consiste en ponerse azul y no arrancar cuando le dices. Pero la culpa es mía, por utilizar un portátil subdesarrollado y a todas luces enemigo de la música, que además me la tiene jurada desde que le compré (¿qué culpa tengo yo de que la rubia que estaba delante en la cola se decidiera por un ordenador de mesa y el aparatejo éste fuera a parar a mis manos?). Me respetaba que pusiera música con los auriculares, pero en cuanto la reproducción depende de los altavoces (bajavoces sería más adecuado, que ridiculez) no aguanta ni una canción. Así que ha vuelto a hacer pluff. Otra vez estamos en barbecho señores.
Ya os digo que el puñetero lo hace para fastidiarme.
Como buen esquimal soy animísta y calculo que la mitad de vosotros también lo sois y no lo reconocéis. Estos aparatejos tienen alma. Es la única explicación. La tecnología, tan moderna y científica ella, tanto progreso, tanta leche, nos devuelve al medioevo, a la Prehistoria, al temor a lo que no entendemos. Porque los aparatitos de las narices son más complicados de entender que las tías. O que la carta de Smith.
Me estoy embalando. Mejor dejo de escribir chorradas y busco algún vídeo para dignificar esta chapuza de entrada.
Venga va, un conciertaco de Calexico, extraído de fabchannel. Ni lo he visto todavía, pero siendo de Calexico será bueno, digo yo. ¿Cómo? ¿Qué no sabes quiénes son Calexico? Pues serán así, a bote pronto, una de las mejores y más interesantes bandas de los últimos años y bla bla bla (que mires en la wikipedia estoy diciendo, que no me apetece escribir más, que no me pagan por esto).






Hasta la próxima gentes de buen ver y mejor vivir.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Rancid: ...And out come the wolves.

Rancid: ...And out come the wolves.





DESCARGAR DISCO.



Estamos que lo tiramos gente. Para no salirnos de los años 90 hoy nos vamos hacia el otro lado de la ecuación y traemos a Rancid, que ya iba tocando.


...And out come the wolves es un disco perfecto, desde su título hasta su portada son geniales. Pero lo importante aquí son las canciones. Y es que menudas canciones gente. No falla ni una. Encima son 19, que se dice pronto pero ponte tú a componerlas. Tim Amstrong y su gente hacían temazos con la misma facilidad con que otros hacen churros o hipotecas basura. Porque les dio por parar ahí, pero podrían haber seguido haciendo canciones y en lugar de una obra maestra hubieran hecho dos, o tres, o yo qué sé.




Lo publicaron en 1995 cuando bandas como The Offspring o Green Day vivían su momento dulce y vendían discos como caramelos a la puerta de un colegio. Esto se notó claro, y ellos también vendieron un par de "puñaos" de esta placa. Supongo que el hecho de que el disco estuviera lleno de canciones pegadizas de menos de tres minutos tuvo algo que ver con ello. Eso y que sus vídeos son un espectáculo, está bien verles ahí, luciendo cresta. Lo suyo eran crestas, lo que llevan los "punkies" hoy en día es una mariconada (he dicho).


Diecinueve canciones que vas a tararear, te lo aseguro. Cada una de ellas se te va a meter en el cerebro hasta que empiece la siguiente por lo menos.
Este disco son tardes de música y colegueo y también noches de desfase cuando éramos algo más chavales y un poco menos cafres que ahora. Pero suena atemporal y está lleno de temazos, no lo digo por nostalgia.
Lo dicho, una colección de canciones perfecta. Y atentos al tema que abre el disco, el bajista se despacha a gusto. ¿Cómo? ¿un bajista de un grupo punk que sabe tocar? Sid Vicius debe estar revolviéndose en su tumba. Otro punto a favor de los Rancid.




El vídeo más mítico de estos entrañables jóvenes.








jueves, 20 de noviembre de 2008

Mr. Big. Lean into it.

Mr. Big. Lean into it.










¡Cardáos el pelo y ponéos esos pantalones de cuero que guardáis en el fondo del armario porque hoy vamos a rejuvenecer a ritmo de hard rock! Esperad un momento, ¿he dicho guardáis? ¡escondéis! Venga confesadlo, os encantan las horteradas ochenteras tanto como a mí y recordáis su estética con una mezcla de vergüenza y nostalgia que os hace cuanto menos entrañables. No conoceré a mis lectores... ¡ja!

¿Y lo bien que lo pasamos? que nos quiten lo bailao'...


Mr. Big chavales. A ver cómo lo explico yo... mete en la misma habitación a un bajista con la manía de avergonzar a los guitarristas con los que toca (¿no se supone que el bajo era más facilito que la guitarra? ¡pues vuelve a la escuela aprendiz de guitar hero!), un batería que sigue el ritmo incluso cuando está dormido (para desgracia de su mujer), un guitarrista tan rápido que ya ha terminado el concierto cuando tu todavía estás afinando, y un cantante cuya voz derrite a las nenas y encanta a tu vecino, el melenudo ése que siempre lleva la misma camiseta de Iron Maiden. Les dejas en esa habitación media horita, y cuando abres la puerta tienes a Mr. Big, y un montón de buena música en camino.

Billy Sheehan, Pat Torpey, Paul Gilbert y Eric Martin se juntaron cuando los ochenta ya agonizaban, afortunadamente ellos no lo sabían y se dedicaron a hacer musiquita de la que nos gusta y a triunfar por esos mundos de Dios (lo cual quiere decir fundamentalmente Japón). Lean into it fue su segundo disco, lo publicaron en 1991, el año en que Nirvana mandó a la cola del paro a la mayoría de grupos de hard rock melódico. Los Mr. big no permitieron que sus melenas cardadas se menearan por semejante minucia y vivieron su momento de gloria. Al fin y al cabo habían grabado un disco de esos que escuchas una y otra vez y sigues sin entenderlo. Parece fácil pero el caso es que no hay muchos así de buenos. Potente y rockero y a la vez lleno de buenas melodías. Alto nivel instrumental sin demostraciones masturbatorias de pericia musical, todo muy bien medido para que quepa en el marco de unas extraordinarias canciones.


El éxito les vino de la canción más moñas de todo el disco con diferencia, pero hasta ese To be with you podemos salvar de la quema. Es un cierre perfecto para un disco sin fisuras. Seguro que se lo pasaron pipa grabándolo, como yo escuchándolo, más o menos.



Los Mr. Big en directo (que pasote la de litro).







Que no hombre, que era broma. El vídeo bueno es éste.








O éste, que no todo van a ser directos.




martes, 18 de noviembre de 2008

Las Trampas de Lily. La calle que brilla.

Las Trampas de Lily. La Calle Que Brilla.






Llevaba tiempo queriendo subir este disco y voy a hacerlo ahora que tengo un rato y he recibido el permiso solicitado.

Esto no va a dar mucho de sí, porque tengo la cabeza un poco volada, así que no exijan gran cosa.

Las Trampas de Lily son una banda argentina muy pocos conocida por estos lares, pero merecen echarles un tiento, así que les vamos a hacer un huequecito por aquí. Su disco de debut se llama La calle que brilla y la música que contiene se encuentra a la altura de tan poético título. Lo suyo es rock clásico, de ese que no esconde sus influencias por evidentes, pero que las trata con mimo y con respeto, como útil base para hacer buenas canciones y no como mero catálogo de poses para hacerse el guay.

La calle que brilla es un pequeño rincón perdido de una ciudad cualquiera, dónde habita gente normal, intentando sacar adelante sus vidas a través de las dificultades cotidianas. Gente que perdió su camino, gente que no encuentra esperanza, gente que encuentra esperanza dónde menos lo espera... canciones sobre tipos normales cargadas de emociones desnudas, pero también canciones que señalan lo que no les gusta, sin miedo. La defensa de una forma de ver la vida a pesar de la tristeza, del fracaso, de las heridas que pueda conllevar. Canciones sobre temas sencillos pero cercanos. Un disco cercano y disfrutable, aunque haya sido grabado al otro lado del charco.

No vamos a hablar aquí de influencias y esas cosas, que está feo. Baste decir que su sonido no depara sorpresas, pero tampoco se muestra sumisos en ningún momento. Son capaces de rebasar el esquema tradicional de guitarra, bajo y batería y buscar arreglos con órgano, violín, etc. Obviamente esto no es ninguna innovación, pero tampoco está al alcance de cualquier banda novel. En cualquier caso tenemos un buen puñado de canciones de lo más sugerente formando el primer paso de un camino que se promete largo y fructífero.

No voy a escribir más que bastante chapucero está quedando esto. Si os portáis bien y comentáis subiré el segundo.

¡Hala! ¡a cascarla!



jueves, 13 de noviembre de 2008

Comprimidos gabba gabba hey! (con uno al día vas que chutas)

Algún listillo se habrá fijado en que los discos que un servidor pone por aquí tienen pesos de lo más variopinto. ¿Por qué el de Los Black Crowes pesa unos 140 MBs y el de Jeff Beck y compañía pesa la mitad? Pues eso es porque mi colección de discos no es ni de lejos tan nutrida como la de Mondongo o Pollomike y uno tiene que tirar de cosillas que ha ido bajando de internet, la mayoría de las veces con mucha ilusión, pero una calidad bastante discutible. Cuando veáis que un disco pesa mucho es que me he encargado de comprimirlo yo. Y como uno no tiene mesura ni respeto ninguno por el sufrido lector medio de este blog, pues los comprime con la máxima calidad que el programa que utiliza le permite. El chisme ése dice que los comprime a 400 kbps, pero fijo que me engaña.
Pues eso, que cada álbum que veáis por aquí es de su padre y de su madre y por tanto en unos casos tendrán una calidad bastante aceptable y en otros serán un chapuza digna de la administración Bush (aprovechemos a meternos con ella, que esto se acaba chavales).
Deseo fervientemente que podáis dormir después de conocer esta estremecedora noticia, que a más de uno hará replantearse sus creencias más íntimas y profundas y hasta renegar de esta sacrosanta bitácora, aunque esto último sólo será en caso de gente muy curtida y avezada, capaces de... venga va, me voy a callar ya y voy a buscar un vídeo para alegrar un poco esta chorrada de entrada, que luego me lapidáis por haceros perder el tiempo.

Pues mira, he encontrado uno que va bien. No me tengáis en cuenta la salvaje diferencia de calidades de los archivos que cuelgo, que como cantan Un pingüino en mi ascensor, En la variedad está la diversión:


martes, 11 de noviembre de 2008

The Black Crowes. The Southern Harmony and Musical Companion.

The Black Crowes. The Southern Harmony and Musical Companion.







Para que no me acuséis de no aportar nada a vuestras vidas os voy a dejar aquí una pequeña guía para que podáis grabar vuestro propio clásico de la historia del rock'n roll. Lo que sigue hay que leerlo con el tonillo del tio de Bricomanía, porque si no se pierde la esencia del espíritu de superación que alimenta esta entrada.

1_ Te montas una banda de rock'n roll (no me vengáis con proyectos solistas, egocéntricos).

2_ Sacas un debut que haga enrrojecer a tus mayores, a saber, Rolling Stones, Aerosmithses, Rodes Stewarts y demás luminarias de esta historia que llevan años viviendo del cuento y sin dar palo al agua.

3_ Una gira manteniendo el tipo, no se vaya a decir que el directo suena peor que el disco de estudio (si se os acusa de eso siempre queda la violencia como último recurso, ¡hey! a los punkies les funciona).


Ahora ya estamos listos para entrar a grabar el segundo álbum, el que tiene que ser el mejor disco de la década, así que a partir de aquí muy atentos chavales, que nos jugamos el estatus de rock stars. Estos son los pasos que debéis seguir para grabar vuestro clasicazo, pongamos que hablo de The Southern Harmony and Musical Companion.

4_ La banda se nos queda un poco coja, añádele un teclista simpaticote que nos de nuestras buenas raciones de honky tonky, boogie woogie, walla walla y esas cosas (bueno, walla walla mejor no) y que tenga un puntillo psicodélico, pa' fliparlo en los ensayos. Conviene también que el hombrecillo no sea un guaperas, vamos que sea feote y no pueda eclipsar al cantante, que es el que tiene que encandilar al personal (si es que hay que explicaroslo todo). Eddie Harsch pega muy bien con este perfil (por ejemplo).
5_ Si vamos a grabar una obra maestra nos tiene que gustar mucho la música negra tradicional, y que mejor que mostrar esa influencia en nuestro disco con unos coros souleros y gospelianos, como Sam Cooke manda. Contratamos a un par de vocalistas bien negritas y rollizas para darle color a nuestras canciones.
6_ El guitarrista que tenemos se llama Jeff Cease y no mola. Hace los punteos de pm pero no nos mola. Le damos la patada. No es mal chaval pero somos estrellas del rock y las estrellas del rock somos así. Para qué no se le ocurra volver le vamos a echar de forma que le quede bien clarito lo poco que nos importa. Pillamos un rotulador bien gordo y le tachamos de los créditos de nuestro video clip más molón. Podíamos haberle borrado sin más, en plan damnatio memoriae, pero somos muy rockeros y muy malotes y le tachamos para que todo el mundo sepa que ahí había alguien que ya no está.

7_ ¿Cómo? ¿Que el punto anterior os parece una chiquillada digna de payasos inmaduros? Andaos con cuidadito que el rotulador éste todavía tiene tinta de sobra para vosotros y este blog bien puede sobrevivir sin comentarios.
8_ Ahora tenemos que sustituir al pesao' de antes, ni me lo mentéis, que malo era el tío todo el día tirando de pentatónicas... parece que no se sabía otra escala el muy pesao'. Lo dicho, que hay que sustituirle. Cogemos al guitarrista que tenemos más a mano, el del grupo telonero mismamente. Es un chaval muy majete, Marc Ford dice que se llama. Tiene cara de estar un poco en la luna de Valencia, pero no toca mal, si me apuras te diré que es uno de los mejores guitarristas que hay ahora mismo haciendo rock'n roll, así que le contratamos. Eso sí, no le digáis lo bueno que es, no vaya a largarse antes de tiempo.
9_ La sección de ritmo ni la menées, que el batería Steve Gorman y el bajista Johnny Colt rockean de miedo. El bajista toca con púa y no utiliza nada los dedos pero suena que te mueres, así que no le echamos... de momento.
10_ Vaya trajín con la formación. Bueno ahora tenemos que componer diez temazos de los de "se va a cagar la perra" y versionar un clásico del reggae, pero en plan folkie, que se note que somos más auténticos que las botas camperas que calzamos.
11_ Ya sólo queda grabarlo amigos. Para eso contratamos a George Drakoulias, que es un productor que sabe cómo tienen que sonar las cosas y no lo que hacen mariquitas como Rick Rubin y otros niños mimados. Ya nos fue muy bien con este tipo en el disco de debut, el Shake your money maker (pedazo disco ¿eh?) así que repetimos.
12_ Tenemos la banda, tenemos las canciones, tenemos el productor, lo tenemos todo amigos. Sin más dilación, grabamos el disco, eso sí, procurando que la intensidad de la interpretación y la interacción entre los músicos sean de las que se palpan incluso antes de poner el disco.
13_ Una vez grabado y mezclado lo publicamos con una bonita portada. Una foto en blanco y negro es lo ideal, porque ciertamente somos tan buenos que parecemos sacados de otra época.
14_ Le ponemos un título largo y expresivo, de esos que le gustan a un esquimal que descubrirá este disco dentro de unos añitos, y ya estamos listos para salir de gira y comernos el mundo.
Pues ya está amigos, ya tenemos nuestro clásico imperecedero. Fácil fácil. Sólo tenéis que seguir estas instrucciones y desde vuestra propia casa podéis grabar uno de los mejores discos que se hayan hecho nunca. Es lo que hicieron los hermanos Robinson allá por el 92. Ahora ya no tenéis excusa, si no grabáis un clásico del rock no será porque no sepáis cómo, es porque no queréis.
¡Hasta la próxima semana familia!


Remedy - Black Crowes





Sometimes Salvation. El mejor videoclip de los Black Crowes.


lunes, 10 de noviembre de 2008

Beck, Bogert, Appice.

Beck, Bogert, Appice.



Hoy no tengo ganas de escribir mucho porque todavía estoy en estado de shock debido al conciertazo que presencié ayer. Elliott Murphy y Olivier Durand volvieron a sentar cátedra (en mi opinión estuvieron mejor que nunca, sobre todo el gabacho) y después de algo así a uno no le quedan muchas ganas de ponerse a escribir cencerradas. Pero habrá que actualizar.

Venga va, vamos con un disco tucanero. Uno de Jeff Beck, que siempre gusta.
Jeff Beck es uno de los guitarristas más influyentes de la historia del rock, aunque en cuestión de ventas no se haya comido un colín. Inciso: ¿qué demonios es un colín? quién me lo pueda aclarar recibirá un sugus de esos que sólo reciben los más afortunados comentaristas de este blog.
Volvamos al bueno de Jeff Beck. Como decíamos es un músico que destaca por su napia y su habilidad guitarrera. Miembro del triunvirato de Surrey, junto a sus coetáneos Jimmy Page y Eric Clapton, el caso es que el chaval resultó ser culo de mal asiento e hizo y deshizo grupos a lo largo de los 60s y 70s dejando unas cuantas perlas en el camino. Uno de esos proyectos le llevó a aliarse con una de las mejores secciones rítmicas de la época, la que formaban Tim Bogert y Carmine Appice, los cuáles ya habían dado muestras de saber lo que vale un peine en formaciones como Cactus o Vanilla Fugde (me encantan esos nombres estúpidos, quién lo iba a decir viendo mi nick ¿verdad?).

El caso es que estos tres se montaron un trío (musical hombre, musical) y grabaron un disco de esos que uno no sabe si escuchar a todas horas o enmarcar en la pared y venerar como si de un tótem tribal se tratara. Me parece que fue en el 73 o en el 74, pero no me hagáis mucho caso. Podría mirarlo en la Wikipedia en un momentín y sin embargo me encanta inducir a la confusión en mis posts. Si alguien lee algo en este blog y piensa utilizarlo en una conversación de esas frikis para hacerse el listillo que sepa cómo nos las gastamos y lo mal que puede quedar. Luego no me vengáis llorando.


¿Que cómo suena el disco? pues muy bien oiga. ¿Que te refieres a qué estilo de música es? ah bueno, pues así, en plan ninoninonanonano y tananana y eso. A ver si los amigos de youtube nos echan una mano con sus vídeos de altísima calidad (Había uno más hp que el que inventó lo de los vídeos "pa" los teléfonos móviles pero estaba ocupado inventado hipotecas basura. Sé que no viene a cuento pero es lunes y tendrán que permitírmelo).


La versión del Superstition de Stevie Wonder. Me encanta lo añejo del vídeo.




martes, 4 de noviembre de 2008

Las noches en el Tucán.

Tras algún tiempo acariciando la idea por fin me he decidido a crear una nueva sección que llevará por nombre noches en el Tucán. A la mayoría de los lectores de este vuestro blog os sonará a chino. El resto de miembros de la plantilla saben perfectamente a qué me refiero. Los demás supongo que empezarán a sospechar que ahora viene una de esas historias de abuelo cebolleta que conviene saltarse e ir directamente al vídeo o al enlace de descarga. El que sea tan inconsciente como para seguir leyendo que tenga claro que no pienso responsabilizarme de las secuelas psíquicas que esta entrada pueda producirle.
Cuando aún campeábamos por nuestra bisoña adolescencia (incluso yo, qué según alguno nací viejo...) algunos de mis colegas cogieron la costumbre de acudir a una pequeña taberna, más bien un tugurio, conocido como el Tucán. Aunque se encontraba en la periferia de la zona de copas de nuestra localidad no suponía un gran desvío de nuestra ruta de bares habitual, (que por otro lado siempre ha sido muy limitada) y ofrecía motivos para hacer parada: guiness. Pues sí señores, en aquéllos lejanos tiempos, cuasi mitológicos observados desde el presente, algunos de los personajes (son muy teatreros ellos) que llamo amigos míos, eran todavía un tanto sibaritas y gustaban de la buena cerveza. Es curioso que el tiempo y la edad les haya ido convirtiendo en menos finos y escrupulosos, y ahora prefieran el burdo y plebeyo botellón a las exquisitas cervezas que solían degustar (Alguno hay que llega a ir rematando los vasos que otros han dejado a medio beber). Pero me desvío del tema.
El caso es que aquella diminuta cervecería perdida entre callejas ofrecía guiness negra y además el camarero caía simpático, porque daba las gracias y sonreía cuando delvovías la jarra (se ve que la educación no estaba muy extendida por el gremio). Era una breve parada antes de continuar la noche con frenesí y cierta falta de elegancia. Poco sabíamos nosotros que habíamos entrado en la boca del lobo.
Poco a poco íbamos pasando allí más tiempo, nos encontrábamos con otros colegas y sin darnos cuenta, se fue convirtiendo en nuestro garito de referencia. Buen rollo entre los parroquianos, buena música y el dueño del garito, personaje entrañable y legendario a la par, cuya influencia tiene mucho que ver con esta humilde bitácora, por extraño que parezca. Y es que entre las aficciones del gran José Romero se encontraba la música por encima de todas. Hace poco leí en algún blog que todo bareto rockero que se precie debe tener el Popu a disposición de su clientela. No cabe duda de que ésta es una gran revista rockera, pero, amigos, se puede ser todavía más frik... estooo... melómano. Lo que quiero decir es que en pocos bares puede encontrarse, en lugar del Marca o la interviú, incluso en lugar del Popu, Guitarrista y Guitarra Total. Pues sí chavales, entre las paredes del Tucán descansaba un conocimiento enciclopédico de la música rock de las últimas décadas, un templo de esencias ochenteras en el que siempre había algún vinilo sonando, o algún dvd ilustrándonos acerca del buen hacer de algún músico privilegiado e inalcanzable para nosotros, pobres mortales a la par que legos en estas materias.
"¿José, qué es lo que está sonando?" "Es ...... (rellenar según convenga) un bluesman de ..... (ídem) buenísimo, de 19.... (ya sabéis) una guitarra sublime" Y así a todas horas. Peor era con los dvds, que encima de escuchar como una serie de melenudos desquiciados te demostraban cómo se toca a un nivel al que nunca llegarás ni en tus más húmedos sueños, tenías que ver cómo lo hacían... y no pillar ni papa claro.
Steve Lukather y sus Lobotomys, tan habituales en el bareto que parecía que en cualquier momento iban a saltar de la pantalla para ir a la barra a pedir una cerveza.
Este fijo que trae recuerdos a más de uno.
Mucho aprendimos sobre música gracias a las noches en el Tucán. Muchas maravillas vimos y escuchamos. Por no hablar de bizarras anécdotas personales y el buen rollo que había entre todos. Podías estar discutiendo con el camarero cualquier problema que tuvieras con tu guitarra, mientras los de la mesa de al lado hablaban de cualquier chorribobada que se les ocurriera, que cuando de repente a alguien se le caía un vaso, todo el mundo se volvía para gritarle: "¡haalaaa!" mientras Jose le increpaba con la archiconocida frase: "Cómo no es tuyo... ¡lo tiramos!".
Típico chiste de Jose.

Y así pasábamos las noches y así fuimos conociendo tantos y tantos nombres ilustres, como Dream Theater, Jeff Beck, Pride & Glory, Eric johnsson, Montrose, y un inacabable etc. por ello es de recibo esta nueva etiqueta. A partir de ahora, todos los discos que suba al blog y que haya conocido gracias a Jose llevarán la etiqueta Noches en el tucán, que son unos cuantos y uno echa de menos esa época.
Aquí un regalito por haber aguantado la chapa, el gran Jeff Beck.


lunes, 3 de noviembre de 2008

Army of Anyone.

Army of Anyone.








Velvet Revolver hicieron mucho ruido mediático, pero hubo otra formación surgida de las cenizas de los recientemente reagrupados Stone Temple Pilots que merece la pena rescatar del olvido. Otra de esas reuniones absurdas ha traído de vuelta a los Pilots a la arena musical y de paso se ha llevado por delante a Army of Anyone, un proyecto de lo más interesante.


Tras la desaparición del grupo que les había dado fama, los hermanos De Leo se tomaron las cosas con calma y fueron echando a rodar una nueva banda. Tras una larga jam session con el cantante de Filter, Richard Patrick, y el batería Ray Luzier (que solía aporrear en la David Lee Roth Band) deciden formar el grupo y se meten al estudio con Bob Ezrin (casi nada). El resultado es el disco que aquí tenéis.


Los riffs característicos de Dean De Leo fundidos con la potente y dinámica batería de Luzier, cuya formación jazzística y formidable pegada aportan una frescura al sonido típico de los De Leo. La voz cumple sobradamente. Recuerda en muchas ocasiones a Scott Weiland, pero muestra en varias ocasiones rasgos propios (desconozco su obra con Filter, por lo que no puedo analizar este aspecto más profundamente) ayudando a dar al conjunto un sabor personal, tan necesario en este tipo de bandas. Así, el disco recuerda a los Stone Temple Pilots, pero con elementos diferenciadores, principalmente en la voz y en la batería.


Army of Anyone dejan clara su devoción por Led Zeppelin, se atreven con canciones hardrockeras y con baladas y en general salen airosos del lance. No es oro todo lo que reluce, algún tema prescindible hay y tampoco es que este álbum brille por su originalidad, pero suena fresco y honesto y tiene unas cuantas canciones de las que uno tararea sin querer.


Publicado en 2006, uno se queda con ganas de que hubiera habido más, sobre todo en directo, para qué engañarnos.


¡Hala chavales! Yo ya cumplí, ahora vosotros a descargar, comentar y esas cosas.